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13 ene 2011

Las Glándulas Endocrinas y su funcionamiento. Primera Parte:

El cuerpo humano usa también de la tecnología, sólo que sin cables. En la base de nuestro cráneo en una cavidad del hueso esfenoides conocida como "silla turca", se encuentra una glándula llamada hipófisis o glándula pituitaria y que está conectada al hipotálamo mediante el tallo hipofisiario.
Esta glándula pequeñita es una gran trabajadora porque de ella depende todo el sistema endocrino, ya que controla el funcionamiento de las demás glándulas de secreción interna a través de las hormonas que segrega.
La glándula hipofisiaria se divide en dos partes: la adenohipófisis (o lúbulo anterior) y la neurohipófisis (o lóbulo posterior).
La adenohipófisis se encarga de producir las siguientes hormonas:
  • Somatotropina o HGH: Es la hormona del crecimiento, por lo que determina el crecimiento de los músculos, cartílagos y huesos mediante el control del metabolismo.
  • Adenocorticotropina o ACTH: Esta hormona es la que controla la secreción de algunas hormonas de las glándulas suprarrenales, por lo que afecta al metabolismo de la glucosa, las proteínas y los hidratos de carbono.
  • Tirotropina o TSH: Controla la síntesis y secreción de las hormonas tiroideas.
  • Prolactina o PRL: Promueve el desarrollo de las glándulas mamarias y las estimula para que elaboren la leche materna. Además limita las acciones de las hormonas sexuales femeninas, reduciendo así la fertilidad femenina sin que ello signifique que la mujer no pueda quedarse embarazada en períodos de lactancia sino que resulta algo más difícil aunque no imposible.
  • Gonadotropas: Éstas son la hormona foliculoestimulante o FSH y la hormona luteinizante o LH. Ambas controlan el funcionamiento de las glándulas sexuales (ovarios y testículos) y regulan el crecimiento y desarrollo de los órganos reproductores.
  • Melanocitoestimulante o MSH: Regula la secreción de melanina y por lo tanto, el color de nuestra piel.
Las hormonas procedentes del hipotálamo hasta la neurohipófisis son:
  • Antiduirética, vasopresina o ADH: Controla la cantidad de líquido excretado en la orina al facilitar la reabsorción acuosa en los riñones. De esta manera consigue que nuestro organismo ahorre entre 14 y 20 litros diaros de agua. Además tiene un efecto de vasoconstricción sobre las arteriolas lo que produce un aumento de la presión sanguínea.
  • Oxitócica: Estimula la secreción de leche por las glándulas mamarias y produce las contracciones uterinas en el parto.
Como pueden ver, estamos hablando de la glándula más importante de nuestro organismo porque ella es la que, con sus distintas secreciones hormonales, "estimula" a las otras glándulas a hacer el trabajo que tienen encomendado. Estas "otras" glándulas son:
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  1. Tiroides: Está situada en la parte delantera de la tráquea y se divide en dos partes: lóbulo derecho y lóbulo izquierdo, unidas por el llamado "istmo tiroideo". La tiroides se encuentra bajo el control de la hipófisis, la cual segrega tirotropina para ponerla en funcionamiento. Cuando esto sucede, la tiroides empieza a segregar tiroxina, que es la principal hormona que ésta glándula produce. La tioxina contiene gran cantidad de yodo, oligoelemento indispensable para que la tiroides funcione correctamente, y actúa en todas las células del cuerpo estimulando sus reacciones metabólicas (ya que regula las transformaciones de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas). Además de la regulación del metabolismo celular, produce una serie de efectos sobre diversos órganos, tanto es así que sobre el desarrollo, la diferenciación y el crecimiento corporal la tiroxina ejerce un efecto positivo, siendo imprescindible para que actúe la hormona del crecimiento de la hipófisis, es decir, la somatotropina. En el aparato cardio-vascular provoca la vasodilatación, aumentando el flujo sanguíneo en todo el organismo y elevando el ritmo cardiaco al actuar directamente sobre el corazón. También incrementa la frecuencia respiratoria al causar una mayor utilización del oxígeno y una mayor formación de anhídrido carbónico. Por último, estimula la absorción de alimentación en el tubo digestivo y la movilidad del mismo (movimientos peristálticos). También activa el sistema nervioso central. La tiroides segrega también la triyodotironina  (que unida a la tiroxina desencadena la acción celular) y la calcitonina  que ayuda a controlar los niveles de calcio en el cuerpo, disminuyendo su tasa sanguínea.
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  1. Paratiroides: Son cuatro glándulas situadas en la parte posterior de la tiroides, dos a cada lado. Son de color pardo rojizo e individualmente son los órganos más pequeños de nuestro cuerpo. La hormona que producen y segregan es la parathormona, encargada de regular el metabolismo mineral de nuestro organismo, sobretodo los niveles de calcio y fósforo. El calcio es uno de los minerales más importantes para nuestro cuerpo ya que participa en la formación de nuestros huesos y dientes, repercutiendo además en el funcionamiento de las células musculares y nerviosas. Su absorción en la corriente sanguínea está controlada por la vitamina D, que obtenemos de los alimentos gracias a la influencia de los rayos solares. Por ello es muy importante que el nivel de calcio en sangre se mantenga dentro de unos márgenes, por lo que si la tasa de calcio es muy baja, las paratiroides liberarán una cantidad mayor de hormona para elevarla y, en caso contrario, si se da un exceso, la producción de parahormona se reduce o para hasta que la tasa alcanza el nivel considerado normal.  
  2. Timo:  Esta glándula se encuentra situada en la parte anterior del mediastino o espacio central que existe entre los pulmones, aproximadamente a nivel de la bifurcación de la tráquea. Hará más o menos unos veinticinco años se empezó a investigar lo que hoy conocemos como PNI: Psiconeuroinmunología, algunos médicos aseguraban que la glándula Timo se atrofiaba cunado el ser humanos superaba la fase de la adolescencia.  Hoy en día, está aceptado mundialmente que no sólo NO se atrofia sino que sigue funcionando hasta el final de nuestros días, a pesar de que se haya observado un cambia de tamaño, de color, que se recubra de grasa y  que incluso, deje de intervenir en las funciones de crecimiento de nuestros huesos largos. Sin embargo, estamos hablando de la glándula más importante de nuestro sistema inmunológico, ya que en ella maduran los linfocitos T nacidos en la médula ósea. Si realmente esta glándula se atrofiara, careceríamos de inmunidad adquirida, es decir, aquella que nuestro sistema inmunológico va "aprendiendo" a lo largo de toda nuestra existencia conllevando a nuestro organismo a un envejecimiento descontrolado y rápido. Hoy en día se están llevando a cabo técnicas naturales para la estimulación del Timo, ya que se ha demostrado que ésta, ante situaciones negativas o de disgusto en nuestra vida, le producen una disminución de sus funciones. 

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